Viajar a diferentes destinos
con tu hijo, por pequeño que sea, puede ser una excelente
oportunidad de encuentro para toda la familia, un paréntesis donde la rutina diaria da paso a
momentos diferentes e inolvidables, olvidándonos del principar objetivo de muchos viajes como hacer turismo o conocer ciudades en tiempo récord.
La vacaciones son una excelente oportunidad de pasar unos agradables días con tus hijos compartiendo vivencias, y lo que es más importante, ayudarles a descubrir el mundo y otras culturas a nuestro lado y de nuestra mano.
Pero en numerosas ocasiones, ir de vacaciones con niños puede ser una importante fuente de estrés, sobre todo si no lo hemos planificado con antelación (te lo digo yo que soy madre de mellizos;-))
Cualquier viaje que se precie, ya bien sea en solitario, en pareja o con hijos es necesaria una buena planificación.
Para realizar una correcta planificación es necesario adelantarse a los acontecimientos, es decir, intentar pensar en todo lo que puedas necesitar y estar preparado para ello. Esto te salvará de mucho apuros y de contratiempos que quizás, sobre todo si el la primera vez que viajas con tu hijo, ni te hubieras plantead.
Te recomiendo que realices de una lista con todo lo que tiene que estar preparado antes de que comience la aventura con tu pequeño o pequeños. Te dejo una pequeña orientación al respecto:
Tareas a realizar antes de emprender la aventura con tu pequeño o pequeños
- Lista de todo lo que hay que llevar en la maleta general.
- Lista del equipaje para el viaje (cosas necesarias durante el desplazamiento)
- Planificación de las actividades a realizar (recuerda que las vacaciones son para desconectar y sobretodo para relajase y deben estar adaptadas a tu hijo)
- Actualizar los documentos legales necesarios (Pasaporte, DNI, permiso firmado del otro progenitor si viajas a otro país sólo...)
- Consultas con el pediatra (Vacunas o medicación necesaria en el lugar de destino...)
- Planificación de horarios en el desplazamiento y durante la estancia (horario previsto del vuelo, Hora de salida en coche...)
- Planificación del menú (piensa en que va a comer tu hijo y lleva algunas provisiones)
- Realización de las reservas en los medios de lo locomoción que vas a utilizar (vuelos, autobús, tren...)
- Elección del hotel más adecuado
- Contrato de seguro de cancelación (Hoteles, vuelos...)
- Confirmar las reservas realizadas un día antes (Hoteles, vuelos...)
Obviamente tanto la planificación del viaje como de la estancia dependerá de la edad y características del niño, adaptándose a él lo más posible, sobre todo si se trata de un bebé o de un niño pequeño. A medida que vayan creciendo podremos ser más flexibles a la hora de planificar el viaje y la estancia.
Dependerá de la edad niño las aportaciones positivas que la misma experiencia del viaje puede ofrecerle, aquí te dejo algunas de ellas:
7 Aportaciones positivas que los viajes pueden ofrecer a tu hijo
Si gestionamos correctamente todas las actividades a realizar antes y durante el viaje, dependiendo de la edad del niño, seguro que podemos aportar a nuestros hijos un montón de vivencias positivas para su desarrollo.
Los viajes nos dan la oportunidad de poder trabajar la
autoestima del niño, que al fin y al cavo es la base para adquirir un buen concepto, fundamental para un correcto desarrollo como persona y conseguir ser un adulto feliz en el futuro. Por tanto para los niños que de un modo u otro necesiten fomentarla tenemos una
excelente oportunidad para trabajarla, especialmente si hablamos de niños que padecen algún tipo de trastorno o enfermedad mental o que tienen un rendimiento escolara menor al esperado, ya que son los que más suelen sufrir las consecuencias de una
baja autoestima.
- Permitirle que participe en la planificación de viaje y realice físicamente su equipaje. La oportunidad de trabajar la autoestima desde los viajes la tenemos antes de que de comienzo el mismo, otorgándole responsabilidades respecto a la planificación, desde elaborar la lista de las cosas que va a meter en su maleta hasta permitirle que la realice físicamente, aunque le tengamos que ayudar en sendas actividades. No te olvides de felicitarle una vez finalizada la actividad.
- Permítele participe en la elección de las actividades que realizareis durante vuestra estancia y los lugares que visitareis. Por su puesto que no se trata de que el niño planifique todas vuestras vacaciones, simplemente que él se sienta partícipe activo en las decisiones familiares dándole poder de decisión hasta donde vosotros consideréis oportuno.
- Que se sienta informado en todo momento. Es importante que el niño sepa a donde va a ir y en que parte del mundo está, cuanto durará el viaje y en que medio se desarrollará el desplazamiento (tren, coche, vuelo en avión...) también podéis enseñarle fotos del hotel donde os hospedareis, así como del destino vacacional (a no ser que se trate de una sorpresa, claro). Los niños como los adultos, nos sentimos más seguros y más valorados si se nos hacer partícipes de todas las decisiones familiares.
Muéstrate paciente y positivo durante el desarrollo de las actividades encomendadas, sobretodo halaga sus acciones aunque no las haga perfectas y en algunas cosas tengas que corregirle. Eso le ayudará a crecer en autoestima, mejorar su autoconcepto.
2. Desarrollar la paciencia:
La espera en los viaje, ya bien sea por un vuelo que se retrasa o por las mismas horas que se emplea en llegar al destino, ayuda al niño a aprender a ser más paciente, dependiendo de la edad que tenga, claro está.
En vuestra mano está aprovechar todo ese tiempo que estáis juntos de un modo positivo, una buena opción son los juegos de mesa en miniatura o pequeños pasatiempo como contar chistes o adivinanzas. En niños más mayores, ese tiempo se puede emplear simplemente en dialogar, hablar de intereses del niño o temas que le inquieten. Es un tiempo valioso que muchos días de diario no disponemos de él para estar con nuestros hijos.
El tiempo de espera en un viaje, no tiene por que ser tiempo perdido, si no todo lo contrario, hay que verlo como un tiempo de interacción en el que toda la familia puede participar realizando diferentes actividades juntos, adaptadas a la edad e intereses del niño o niños.
En cierto modo, en el apartado de la autoestima, ya hemos hablado de la planificación cuando encomendábamos al niño la tarea de la planificación del viaje y elección de algunas actividades a realizar en el desarrollo del mismo.
El permitir que tu hijo participe activamente en parte de la planificación de vuestras vacaciones le ayudará a aprender a pensar en las diferentes situaciones que se pueden plantear y anticiparse a éstas.
Que el niño aprende a planificar es un ejercicio fundamental que tarde o temprano tendrá que realizar en su vida, ya que es fundamental para llevar un mínimo orden en todo lo que haga.
4. Mayor conocimiento del medio ambiente y de otras costumbres y culturas
La vacaciones en la naturaleza o en otros lugares culturalmente diferentes al nuestro, es una excelente oportunidad para que el niño aprenda un montón de cuestiones de un modo práctico y experimental, que en su vida diaria no tiene oportunidad de hacerlo. Por tanto podemos aprovechar estas vivencias para incrementar los conocimientos del niño, siempre desde el respeto por la naturaleza y a otras culturas y de un modo lúdico
Los niños, curiosos por naturaleza, seguro que plantearán numerosas preguntas y eso es bueno, pero no tenemos porque saber todas las respuestas. Hoy en día, gracias a Internet, tenemos una vía para acceder al conocimiento que carecemos y poderlo trasmitir de igual manera a nuestros hijos.
Los viajes son una magnífica fuente de aprendizaje que podréis aprovechar toda la familia, de un modo lúdico y práctico
5. Respeto por la naturaleza y el medio ambiente
Pasar unas agradables vacaciones en plena naturaleza o en la playa e interactuar con nuestro medio ambiente también conlleva ciertas normas y obligaciones a cumplir que el niño debe de conocer. Dejar nuestro entorno libre de basuras que hayamos podido generar, sin romper árboles ni ramas, principalmente es responsabilidad de los padres, que deben trasmitir a los hijos.
Es fundamental que el niño aprenda a disfrutar de su entorno siempre desde el respeto a la hora de actuar e interactuar con él
6. Desarrollo de la tolerancia a la frustración y optimismo ante las adversidades
En unas vacaciones, planificadas con mimo y detalle, puede ocurrir que no todo salga según lo esperado: un vuelo cancelado o con retraso, un hotel que no se ajusta a nuestra expectativas...
Hay muchas situaciones que no son controlables ya no todo depende de nosotros mismos.
Es importante que el niño vea que reaccionamos de un modo adecuado, con una visión positiva y flexibles respecto a la planificación del viaje, sin alterarnos demasiado y manteniendo la calma en momentos críticos. Somos su ejemplo y tenemos que estar a la altura.
El adaptarnos a las circunstancias siempre viendo la parte positivas de las diferentes situaciones que se nos puedan plantear, enseña al niño que una situación inesperada no tiene por que echar a perder todo el viaje.
7. Aportación afectivo familiar
La aportación más valiosa que a nuestro hijo le pueden ofrecer las vacaciones familiares realmente proviene de nosotros mismos, y es que aprender a valorar los momentos que pasamos en compañía de las personas que más queremos es quizás el aprendizaje más importante que podamos obtener en toda nuestra vida
Todas estas vivencias ayudarán al niño a reflexionar y a entender que el destino de las vacaciones y la estancia, así como los posibles imprevistos que puedan surgir, es algo realmente secundario. Que la inmediatez y el materialismo que tanto impera en nuestra sociedad puede dar lugar al verdadero sentido de la vida: el tiempo que pasamos junto a las personas que más queremos, da igual donde y en que circunstancias.
